Cicles planetaris






























































La humanitat del segle XXI està davant del gran repte d´acceptar o rebutjar el nou paradigma que s´està estenent arreu, sobretot des de la segona meitat del S.XX, i és el fenòmen cada cop més consistent de sincronizitat (C.J Jung) d'esdeveniments tant del cel com de la terra, d´experiències externes i internes (efectes semblants sobre diferents dimensions de l´existencia humana) d´una causa encara més allunyada de la nostra consciencia. L´ésser humà te el privilegi d´escollir anar a temps amb l´Univers o seguir imposant la idea d´inconsciència de l´Univers, és a dir una entitat sense ànima, sense vida i reduida a pura contingència, de fet és una comprensió objectiva més aviat limitada si atenem a afirmacions d´algún destacat físic teòric.

El segle XXI devé un dels segles més significatius de la història de la humanitat i és la unió del cel i la terra. És la comprensió de que l´Univers que observo i que sento estar inclòs és un reflex del que sóc realment en el meu interior. Reconèixer aquesta llei de semblansa i corresponsabilitat amb el cel i acceptar-ho com una veritat, que és més que una realitat consensuada, ens obre una dimensió desconeguda que no solament abraça substancialment els fonaments de la física moderna, néta de la l´astrologia, sino que predisposa als éssers humans a viure dins d´aquest gran univers de sistemes o universos en la major harmonia. Això és possible si reconèixo i accepto els moments crítics o fases dels cicles planetaris com imatges reflexades de l´ànima (estat d´ànim) de la humanitat (anima mundi) i de nosaltres mateixos per formar-ne part.

Si els planetes, llurs cicles i les seves relacions representen simbols de la dinàmica de l´ésser humà universal, mites sobre déus i herois que han commogut des de sempre a l´home, el millor per mi i la humanitat és orientar-me al significat universal o arquetip que representa l´inici d´un cicle de dos planetes, la fase de màxima tensió (cuadratura), o la fase de màxima oposició a l´esperit arquetípic sota el que es va iniciar el cicle. El conèixement dels cicles, igual que el pagès (estacions/llunes), devé l´experiència de ser cuidat per l´Univers, de gaudir de la creació i la mare naturalesa.

El nou grau de llibertat que pot fer ús la humanitat del S. XXI és recollir el llegat més valuós de la seva civilització (inclòs el de l´era d´Aries) i posar-lo a disposició del món sencer, i això ja és un fet a l´existir la xarxa que ens connecta arreu i amb tothom. I és que el coneixement de correlacions de cicles planetaris i la mena d´esdeveniments en la consciència o història de la humanitat, a partir del significat de les combinacions de dos o més arquetips, dóna una nova dimensió en la comprensió de la seva evolució Ser conscients d´aquests cicles i orientar-nos al tipus de missatge que rau en ells significa ser co-creadors amb l´univers. Decidir fluir amb els cicles planetaris és acceptar la seva inexorabilitat i és aquí on rau l´exercici de la llibertat humana, i que es pot concretar en el fet d´intentar interpretar el sentit de tot plegat.

A mida que signifiqui o destaqui allò que observo dalt del cel i ho relacioni amb el que succeeix en la terra, allò que passa en el meu interior i en l´exterior perquè no em deixa indiferent, i decideixo fer-me preguntes sobre tot plegat, estaré en inmillorable sintonia amb l´Univers per comprendre el kosmos i els seus dessignis. Si faig síntesi dels arquetips planetaris que entren en relació i ho remeto en l´interior, no solament polso amb l´Univers sino que puc promoure el lliurament d´una expressió creadora en la societat i en el món del simbol o relació d´arquetips que s´anuncien en el cel. Fer això és un acte de pur lliure albir com voler anar a temps amb l´univers. “Potser la llibertat només consisteixi en fer el que s´ha de fer content” diu E. Eskenazi, filòsof i professor de Tarot i de l´arbre de la vida (kabalah). Potser només tinc llibertat d´equivocarme i no fer-ho sigui la prova de que realment sóc lliure d´escollir.

Fragmentos de la obra Cosmos y psique de Richard Tarnas

En 1992 la humanidad refleja el complejo arquetipico de Urano y Neptuno (signo de Tierra) y se evidencia en el despertar colectivo de un deseo espiritual y existencial de fundirse con una unidad mayor, de reconectarse con la Tierra y las formas de vida en ella, con la comunidad global, con el cosmos, con el fundamento espiritual de la vida, con la comunidad del ser. Este impulso arquetípico se hace visible en la nueva conciencia del anima mundi, el alma del mundo, la dimensión arquetípica de la vida, y en el amplio llamamiento a un reencantamiento de la naturaleza, la ciencia, el arte,... pero también refleja la innovación tecnológica, la aceleración sin precedentes del flujo de información, sensación de interconexión sin límites Apertura repentina y liberadora, y también escapismo, pasividad que conlleva la realidad artificial/virtual de los medios de comunicación. Es saturación de la conciencia colectiva por imágenes tecnológicas, estimulantes y vacías de significado. Es disolución de fronteras mediante la tecnología, la globalización, la inmigración, la difusión y la apropiación con tensiones y reacciones.

En el ciclo Urano-Plutón el arquetipo plutónico intensifica y potencia el arquetipo de rebelión y libertad, de creatividad e innovación, de cambio radical/repentino asociado a Urano y actúa mediante la liberación, o el despertar súbito con consecuencias inesperadas, innovadoras, perturbadoras y emancipadoras. El arquetipo plutoniano actúa por compulsión, potenciación, intensificación con consecuencias profundamente transformadoras y a veces destructivas. Durante las fases críticas del ciclo tienen lugar periodos de creciente tensión, violencia y lucha, y transformaciones radicales en el conocimiento, la ciencia, la tecnologia. Si los periodos dominados por Urano - Plutón coinciden con inquietud social y política, movimiento de masas, cambios demográficos a gran escala, agitaciones revolucionarias, renovados impulsos a la emancipación y radical innovación cultural

Los alineamientos del ciclo Saturno-Plutón coinciden con periodos difíciles de sostener, desafiantes, marcados por la contracción: épocas de crisis y conflicto internacional, reacciones conservadoras, impulsos totalitarios, violencia y opresión organizadas. Plutón intensifica in extremis y a gran escala (transmite fuerza arrolladora y poder de ser convincente) la autoridad, la seguridad, la fiabilidad, la tradición establecida, el statu quo, y todo aquello que sostiene el orden y el sistema de Saturno. Estos periodos de 3 o 4 años suelen ir acompañados de una atmósfera de gravedad y extendida sensación del fin de la inocencia, y que a la vez conlleva el despliegue de determinación colectiva, el coraje y el espiritu de sacrificio, el esfuerzo concentrado y silencioso de una gran energia el cual puede representar progreso moral, profundización de conciencia y autoconciencia crítica. Las privaciones, pérdidas y los duros trabajos de estos periodos presionan a individuos y sociedades a abandonar una forma antigua de vida y adoptar una nueva, mientras son claramente perceptibles la triste realidad de las dificultades, la opresión, contracció y decadencia. Desde que se inició el ciclo en Capricornio se ha intensificado la conciencia colectiva de amenaza sobre la humanidad entera, a la biosfera y sus consecuencias (necesidad compensatoria de defenderse y controlarla con tendencia a trazar una frontera rígida entre el ser humano y la naturaleza), además de un avance del terrorismo organizado.

De los ciclos planetarios, el de Júpiter-Urano presenta la configuración secuencial más rica en el registro cultural e histórico. Júpiter magnifica y aporta a Urano la cualidad de expansión y elevación, garantizando el éxito por hacerlo fructificar, mediando en favor de su crecimiento, realización y enriquecimiento. Son periodos de hallazgos y descubrimientos, de éxito, revolución y elevación cultural en una inesperada irrupción del impulso a la creatividad y el cambio radical. Es ruptura científica, honor cultural de un inesperado cambio en el pensamiento humano, repentina expansión de horizontes intelectuales y cosmológicos a dimensiones radicalmente nuevas. En 1968 Júpiter, Urano y Plutón estaban en triple conjunción con apogeo de explosión de rebeliones y manifestaciones sin precedentes en el mundo, del avance de la era espacial y del rock.

Los ciclos en la actualidad

La evidencia sugiere que cada alineamiento de un ciclo planetario particular coincide con un periodo en el cual el complejo arquetípico correspondiente se manifiesta de manera definida y fácil de distinguir - expresa su significado, muestra su esencia en la psique colectiva con concentración de acontecimientos arquetípicamente apropiados-, pero una vez el alineamiento ha tocado a su fin, ese mismo impulso continua activo. Cuando dos planetas vuelven a entrar en alineamiento cíclico se produce otra notable activación del complejo arquetipo correspondiente con fenómenos políticos, culturales y religiosos claramente relacionados con periodos anteriores del mismo ciclo. La nueva activación provee que todo lo desplegado desde el último alineamiento cíclico ha sido absorbido y con el nuevo ciclo se integra una versión más del símbolo arquetipico.

Actualmente estamos bajo el reflejo simbólico del elemento TIERRA de los ciclos de Urano-Neptuno en Capricornio de 170 años, de Urano–Plutón en Virgo de 127 años, de Saturno-Neptuno en Capricornio de 36 años y aún de Júpiter-Saturno en Tauro de 20 años desde 2000. Así que estamos inmersos en uno de los periodos más terrenales de los últimos siglos y no será hasta Diciembre de 2020 que se iniciará un nuevo ciclo de ciclos de Júpiter-Saturno cuyas conjunciones se producirán en signos de AIRE en lugar de hacerlo en Tierra com se han venido produciendo desde hace 200 años. Los recursos para entrar en este ciclo de conjunciones de Júpiter y Saturno en signos de AIRE son los que ya sentimos de la ultima conjunción de Urano-Neptuno de 1992, con amplios despertares espirituales, naciendo nuevas perspectivas filosóficas, el retorno al idealismo, con cambios repentinos en la visión cosmológica, y con ello la llegada de Internet y el avance brutal de la ciencia y de la tecnologia; el AIRE de Libra desde la conjunción de Saturno - Plutón de 1983, aunque en 2020 se producirá en Capricornio, en TIERRA; En 1997 el ciclo Júpiter-Urano se iniciaba en acuario y en solsticio de invierno de 2010 lo hizo en Piscis, pero la siguiente conjunción de 2024 será en Tauro. El ciclo Júpiter-Urano de 14 años por ser ciclo menor que el ciclo de Saturno-Júpiter lo terrenal adquirirá relevancia, pero en connivencia con el renovado simbolismo de AIRE que se manifestará cada vez más a partir de 2020 al producirse el inicio de un nuevo ciclo de ciclos de Júpiter- Saturno en acuario, signo de AIRE, así que sea cual sea el elemento en que se inicie el ciclo de Júpiter-Urano ya no tendrá el soporte tradicional e incondicional de lo material y de los significados de TIERRA de los últimos 200 años.

Tránsitos y alineamientos mundiales de las próximas décadas

Década 2010 – 2019 :
Los ciclos amplios de Urano iniciados en signos de Tierra pueden mostrar maneras de modificar substancialmente ideas de materia, realización, seguridad, productividad de la era materialista de los ultimos 200 años y que se ha acusado todavia más desde la conjunción de Urano – Neptuno en Capricornio a <1º en 1992/93 (1985-2001) .
La cuadratura de Saturno-Plutón en 2009/10 es tensión del arquetipo implicado.
La conjunción Júpiter-Urano en el solsticio de invierno de 2010, coincidió con un eclipse lunar, inicio ciclico de expansión y creatividad en Piscis, signo de AGUA.
La cuadratura Urano-Plutón de 2012-20 indica un importante desarrollo de los impulsos culturales y dinámicas arquetípicas que surgieron en los 60. Derechos civiles, feminismo...
La cuadratura de Saturno-Neptuno en 2016 es idealidad y esperanzas v.s realidad.    
La conjunción de Saturno-Plutón en 2019/20 en Capricornio, TIERRA

Décadas de 2020 a 2040
El ciclo de Saturno-Júpiter de 20 años se iniciará en 2020/21 en signo de AIRE.
El ciclo de Urano– Saturno de 44 años será en AIRE en lugar de TIERRA.
El ciclo de Saturno-Neptuno de 36 años será en FUEGO, en lugar de TIERRA.

Una mica d´historia

Gràcies a J. Kepler i la seva tenacitat, coneixedor de l´astrologia de l´epoca, i el que tingués accés a les dades astronòmiques de Tico Brahe va fer possible descobrir les lleis del cosmos que reben el seu nom i que regeixen el nostre sistema solar. Això va permetre que conegués amb total exactitud els cicles entre els petits i els grans planetes, i per això es preguntava com seria el món durant els 200 anys següents si les conjuncions dels més grans i allunyats planetes Júpiter i Saturn (el cicle planetari més llarg fins aleshores connegut) deixaven de produïr-se en signes d´aigua, com havia estat passant fins l´any 1600, per començar a fer-ho en signes de foc. La sincronía de l´esdeveniment es va fer palès en el desenvolupament de l´astronomia i de la ciència, perquè després de retractar-se Galileo i davant de les evidències que aportava la ciència (com el coneixement d´Eratóstenes que 600 anys A.C ja havia mesurat el radi de la terra amb una precissió sorprenent d´un error del 6%), el poder i la credibilitat de l´esglesia va anar minvant. I és que 400 anys abans (edat mitjana)Alfons desè el savi, rei de Castella i Lleó, fou capaç de valorar i admirar el coneixement que havien adquirit i conservat els àrabs (que junt amb els jueus ocupaven la peninsula ibérica) dels antics grecs i perses, i que protegí (escola de Toledo) perquè aquesta riquesa cultural pugués difondre´s per tot l´antic continent.

Durant el segle XVII la proporció aúrea va ser cada cop més utilitzada sobretot en l´art y l´arquitectura, propiciant encara més el que s´anomenaria reneixament, en referència al interminable i sagnant periode de guerres, persecucions i pillatge que va subsumir Europa fins a la vora de 1600, a mort, destrucció i miseria, i on la peste fou la causa final perquè va acabar amb totes les guerres a l´estendre´s arreu. D´aquesta desfeta i com a reacció i repulsa a l´esmentada i recent acabada guerra dels cent anys, la medicina va necessitar desenvolupar-se i especialitzar-se, neixent la quimica i i´astronomia,"filles" de la l´alquimia i de l´astrologia. És en aquest S.XVII que neix la física propiament dita (avuí dia anomenada clàsica: estudi del comportament dels cossos materials), i és Newtón qui a través de les tres lleis que va enunciar sobre la dinàmica dels cossos fou el seu impulsor, sobretot quan partint de la tercera llei de Kepler, va demostrar i enunciar la llei de la gravitació universal (inventant-se el concepte de massa per justificar l´acció que exerceixen els camps gravitatòris sobre la materia). I tot això era possible perquè regnava la pau que inspirava la música dels compositors de l´época i la pintura, l´escultura i l´arquitectura dels grans mestres italians, la influencia dels quals es va anar estenent per tot Europa, construint-se catedrals que seguien les lleis de l´estètica de les proporcions del nombre d´or, artistes que utilitzaven la perspectiva cónica de la geometría (descriptiva) per representar les seves obres, a més de la proliferació d´artesans de la construcció de vaixells i d´altres enginys, especialment en els paisos baixos. La imprempta de caracters mòbils, descoverta per Gutenberg (morí en 1468), va acabar estenent-se també per Europa, fins devenir la troballa més valuosa perquè permetia facilment fer arribar el coneixement de tot el que el renaixement va gestar, realitzar i consolidar per les generacions que havien de venir.

El ciclo de los grandes planetas

En Astrología, los aspectos entre Júpiter y Saturno simbolizan momentos críticos en la historia reciente. Algo viejo y gastado es destronado y a la vez irrumpe una energía nueva sin que pueda evitarse un ligero caos justo antes de que ese algo nuevo y joven emerja. En Septiembre de 1955, cuando nací Júpiter y Saturno estaban en cuadratura, y la pximas se producirá en Septiembre 2014 (Júpiter en Leo y Saturno en Escorpio). El aspecto dinámico de la cuadratura es una relación difícil si se pretende lograr que armonicen los intereses que ambos planetas defienden (según simbologia astrológica), pero es precisamente en el inicio de un ciclo, cuando la conjunción se produce, que los astros “ofrecen” la posibilidad de obtener resultados concretos y visibles de la resolución de tal interacción o relación astral. La conjunción de Saturno y Júpiter se produce cada 20 años. Este periodo es muy importante para quienes componen una sociedad y para la sociedad misma y su cultura.

El periodo, o duración del ciclo Júpiter-Saturno a lo largo de todo el Zodíaco se repite cada 800 años, pues han de contabilizarse hasta 10 conjunciones consecutivas antes de que se produzcan en el elemento siguiente (el que le sigue en orden a la rueda del Zodíaco) y así con los cuatro elementos De modo que deben transcurrir 200 años para que esas conjunciones dejen de producirse en un mismo elemento para hacerlo y por 200 años más, en el siguiente elemento, por ello cada 200 años la visión del yo consigo mismo y en relación a la sociedad en la que vive pasa por cambios profundos y en ocasiones se traduce en radicales y poderosos cambios generacionales.

En algunas ocasiones la sociedad misma y por extensión toda la humanidad, se ve abocada a una gran transformación, atravesando una situación en que la única salida es el cambio de paradigma. Por supuesto tales cambios se relacionan con el ingreso de la conjunción de estos planetas al nuevo elemento (ciclo de 200 años), pero en esta ocasión la conjunción de Júpiter con Saturno promete la llegada de un “ángel anunciador”, no solo por el incipiente cambio de era (26000/12=2160 años), sino porque este cambio de signo de agua a signo de aire, y en concreto de Piscis a Acuario, sucede con tanta fuerza y claridad que solo una vez cada 26000 años tal transición se hace (imperativament) la más singular de todo el ciclo de las eras.

La ultima conjunción entre estos dos planetas se produjo en el año 2000 en el signo terrestre de Tauro y aunque la próxima conjunción (origen del ciclo) será aplicativa a finales de 2020 en Capricornio, no se hará partil (exacta) hasta el 20 de Diciembre a 0º y a 1º de Acuario. Lo extraordinario de esa conjunción (de los grandes planetas) es que sucede por primera vez después de 600 años de no hacerlo en un signo de aire.

Así que, hace algo más de 400 años el mundo se estaba preparando para lo que se denominó renacimientoy desde hace dos siglos, a partir de 1800, estas conjunciones se han venido produciendo exclusivamente en signos de tierra, de esa forma se inició lo que hoy se conoce como era industrial, la cual generó el materialismo actual. En 2020 tal conjunción dejará de producirse en signos de tierra para hacerlo en los próximos dos siglos en signos de aire. Para entonces el mundo ya estará preparado para recibir un nuevo paradigma de conocimiento, de libertad, de paz y justicia, aspectos vinculados a ese elemento gaseoso de menor densidad que la tierra sólida y en el que la humanidad empezará, sino lo ha hecho antes, a despojarse de los valores que han marcado estos últimos siglos como el poder sobre la tierra (materia), el egoismo, las posesiones, el dinero, competitividad, consumo desenfrenado y compulsivo..., y todo ello a causa del miedo que le embarga y de la inseguridad sobrevenida del ego por su incapacidad de recibir luz del entendimiento y de albergar sabiduría mental y espiritual.

El ingreso del ciclo de conjunciones en el elemento aire 800 años después de que sucediera por última vez, anuncia sin duda el ingreso definitivo de la humanidad en la era de Acuario. Es lícito suponer que este ciclo haya sido siempre el detonante para la instauración en pleno derecho del mensaje que ofrece cada una de las doce eras (de periodo 2160 años de media ) a la humanidad, muchas veces a través de un avatar (Jesús al inicio de la era de Piscis). Y es que las eras conforman el gran ciclo o periodo de precesión (hacia atrás o retroceso) de los equinoccios respecto a las estrellas fijas (zodíaco), a lo que Platón, conocedor del tercer movimiento de la Tierra (de los diez que tiene) después de la rotación y traslación, denominaba "el gran año" de 26000 años terrestres de duración.

Para el astrónomo eso significa observar qué constelación está detrás del Sol en uno de esos momentos del año o equinoccios en que el día y la noche tienen la misma duración, siendo el de primavera lo que en astrología se conoce como punto vernal, que corresponde siempre, haya o no constelaciones de referencia, un solo día al año, el 20 de Marzo casi siempre. Por el conocimiento que ya tenia Platón de ese gran año (periodo de precesión de equinoccios) es de suponer que hace más de 4000 años las estrellas fijas que decoraban el fondo del cielo del Sol ese dia, o punto vernal correspondían a la constelación de Aries. Por ese movimiento de precesión, hace unos 2000 años, el cielo que se podía ver detrás del sol aquel primer dia de primavera tenia que ser Piscis. Pues bien, ahora es necesario conocer qué constelación estará exactamente detrás del Sol el 20 o 21 de Marzo de 2021 y en donde cabe esperar que la declinación del Sol esté muy cerca del primer grado de acuario. Si no es así, lo que se puede asegurar es que para el 2200, antes de que acabe del periodo de conjunciones de Jupiter-Saturno en signos de aire, la constelación de referencia que estará detrás del Sol ese dia será la de Acuario sin duda, y para entonces es dable saber que las promesas y atributos del signo de acuario (el aguador) estarán mundialmente instalados desde tiempo en la conciencia de la humanidad. De todos modos, sea Piscis o Acuario la constelación que esté detrás del Sol durante el equinoccio de primavera de 2021 no importa realmente, la buena noticia para nosotros y generaciones venideras, para todos los seres vivos del planeta Tierra, es la de tener el privilegio de ser testigos, durante el siglo XXI, de uno de los siglos más exquisitos de los 260 que forman el periodo total de precesión. Y es que en todo ciclo, que en el eje del tiempo viene siempre representado por una senoide, existen dos puntos de inflexión (puntos en que la senoide cambia de curvatura), y será precisamente durante este siglo XXI que la Tierra y la humanidad atravesarán uno de esos periodos tan singulares. El otro punto de inflexión tuvo lugar hace 13.000 años, cuando el punto vernal pasó del signo de Virgo (representado por una virgen) de tierra al signo fogoso de Leo.

Actualmente y dentro del proceso evolutivo que simboliza el gran año, la humanidad está a 10 años de ocupar, y por 200 años, este punto de inflexión del gran ciclo de las eras, el único momento de todo el ciclo en que el proceso evolutivo de la humanidad pasa de la era más oscura (Piscis) a la más luminosa (Acuario) de todo el Zodíaco, así que la humanidad está a merced de una experiencia sin parangón, ante las puertas del cambio transformativo más importante de la historia de su civilización. Ese cambio de paradigma y absolutamente necesario, es completamente asumible si la humanidad apuesta por lo desconocido, para ello debe soltar todo lo que signifique lastre que le impida ocupar un estado de “menor densidad y por tanto de mayor expansión”. Así pues, el siglo XXI deviene el periodo de transformación más contundente que podamos imaginar ya que se producen simultáneamente en el tiempo dos transiciones la debida al ciclo de las eras (periodo de precesión de 26.000 años de duración) al pasar el punto vernal de Piscis a Acuario y la transición debida al ciclo de las conjunciones de Júpiter y Saturno que pasan de haberlo hecho en tierra durante 200 años a hacerlo en aire (primera conjunción en acuario también). Esta "co-incidencia" promete cambios de estado múltiples en todos los seres del planeta, incluidas las personas y sociedades del mundo.

Simbólicamente, cuando las conjunciones de Júpiter y Saturno pasan de sólido (signos de tierra) a gas (signos de aire) "sufren" sublimación y por tanto piden transformación o cambio de estado, al igual que sucederá con el paso del punto vernal de un signo de agua a otro de aire, es decir de liquido a vapor, del hombre arquetípico del Pez (que se mueve en las aguas instintivas y sensitivas de la vida y se redime por la fe) al Aguador (Ser que se libera de su animalidad y se redime por la luz del conocimiento). A diferencia de otros signos zodiacales, conviene saber que acuario viene representado por un hombre (porqué no Urano vertiendo agua sobre las aguas de la madre tierra?). En simbologia astrológica, Acuario corresponde a la etapa de mayor libertad humana, aquella en que el ser humano alcanza el nivel más alto de HOMBRE, un ser de luz más consciente (de su divinidad que de su animalidad), más libre, más sabio, más solidario y profundamente amoroso, un ser dispuesto a aceptar y a asumir lo que ha de acontecer en los próximos dos mil años, esto es, la responsabilidad y el derecho de ser heredero legítimo de la era de oro (la más luminosa de todas las eras), regalo divino por haber conquistado (de nuevo) el cielo en la tierra.
¿Que tal  VIVIR LA HUMANIDAD FELIZMENTE POR 2000 AÑOS?.

Setembre 2010

1 comentario:

  1. L AIGUA DE L AIGUADOR ES AL SEMEN/PENIS DE L HOME COM
    L UTER DE LA MARE TERRA ES EL VENTRE/VAGINA DE LA DONA

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