Mi universo ideal es un sistema vivo formado de una cantidad fija de materia-energia que late cual corazon, y entre cada expansión y contracción de ese universo se crea un vacio, o gran agujero sobre el que se precipita el universo que conocemos como si fuera tragado por la pica. Este flujo de materia-energia no es tragado radialmente como una pelota suspendida en una red en posición horizontal, o curvatura del espacio en forma de embudo a causa de la materia alli existente (gravitones:Einstein), sino siguiendo las lineas de una espiral, cuyo modelo podemos observar en cualquier borrasca de nuestra atmósfera, aunque el más claro y contundente es el cono de un ciclón. En el centro, en el ojo del huracan, existe una atmosfera de presión y reina la calma, mientras que alejandome de ahí la presión aumenta, por eso y en relación a esta presión periférica, en el centro es depresión. Y para restablecer el equilibrio (ley natural) grandes masas de aire saturado giran cada vez más deprisa para alcanzar la zona de mínima presión, y si además hay condensaciones el fenómeno también va acompañado de precipitaciones.
El modelo más armonico que ha hallado mi mente está formado por sistemas regulados por un Sistema más amplio que los abarca a todos y que por tanto todo lo que está en su interior participa del pulso de ese gran sistema, repercutiendo e influyendo en otros subsistemas en función de la escala jerarquica en que se hallen, y haciendolos vibrar de manera diferente, aunque proporcionalemte armónica. Convendrás que el átomo, la molecula, la célula, el tejido, el órgano, el sistema nervioso, el circulatorio y todo el organismo humano, incluso cualquier existencia, sea viva o aparentemente muerta son sistemas en vibración. El centro de nuestra galaxia tambien impone un ritmo a todo lo que forme parte de ella de la misma manera que ese centro pulsa a tiempo con el ritmo que le impone un sistema más vasto aún que lo comprende. Asi como todo lo que gira alrededor de un centro se ha de someter y ajustarse a su ritmo, un ritmo que seguramente está en escala armónica con nuestra respiración natural, de igual modo nuestro sistema solar obedece al pulso del centro de la galaxia, sobre el cual gira toda la via lactea. Si todo sistema que concibamos tiene pulsación o frecuencia propia determinada, eso significa que todo vibra, la diferencia se halla en la amplitud y el periodo de esa pulsación o frecuencia. Puedo imaginar como los brazos de nuestra galaxia se abren y se cierran en cada respiración (expansion, contracción) galáctica, semejante al latido de nuestro corazón, o al de la propia respiración. Seguramente los 23 años que dura el periodo de las manchas solares viene impuesto por el centro galactico, superior en jerarquia. Estos periodos de actividad solar influyen sobre la tierra más de lo que imaginamos. Acaso el movimiento de precesión de los equinoccios, de 26000 años de duración (El Gran Año de Platón: movimiento de peonza de la tierra), esté determinado por el tiempo que tarda nuestro sistema solar en girar alrededor del centro de nuestra galaxia.
El modelo de mi Universo es una sinfonia donde cada sistema ejecutor emite o pronuncia un tono, un pulso, una nota (frecuencia) y segun su lugar y naturaleza puede vibrar por resonancia con otros tonos, pulsos y "sonidos" emitidos por otros sistemas más vastos todavia que conforman la totalidad del universo. El rayo cósmico que proviene de nebulosas muy lejanas a nuestra escala de existencia es el que llega del núcleo galactico (Hunna-Hu para los Maya) y a través del Sol nos llega a la tierra y del cual depende nuestra existencia física. En el fin de un gran periodo, llegando al final de un ciclo, como entre dos respiraciones, hace necesario pulsar armónica y sincrónicamente con el pulso que impone Gaia, ese sistema u organismo vivo que es la Tierra, y a su vez sometiéndose al nucleo galactico y al sol. Supongamos que la Tierra está en la segunda mitad del ultimo compás del movimiento de inspiración de nuestra galaxia, eso significa que cada uno de esos sistemas ha de estar alerta para captar esa resonancia vibracional que, proviniendo del Cosmos recibe y emite información radiante y pulsante, y ello porque la información viaja de sistemas (paquetes de materia-energia) menos densos (más energia que materia) a más densos hasta el final del semi-ciclo de respiración cósmica. Así que el Sol, al ser menos denso que la Tierra es una entidad, o sistema más evolucionado y más puro que nuestro mundo conocido, y por eso dependemos de él y no al revés. Significa pues que el Sol está más cerca de la fuente original, siendo la Luna además de su reflejo, la que regula el ritmo de las mareas, o el respirar de la tierra. Este universo formado por muchos universos no pueden existir separados, todos estan relacionados según una ley universal, del mismo modo que todo ser humano no puede escapar de la obligatoriedad (necesidad) y a la vez voluntariedad de relacionarse con los demás.
Es sabido que en las Pleyades, en la constelación de Tauro, nacen estrellas constantemente a partir del "encuentro" entre dos galaxias (¿macho y hembra?, ¿binarias en fusión cosmica?). ¿Que está sucediendo? ¿Será que la velocidad de expansión del universo está disminuyendo y que al llegar a su final se detendrá como la pausa del final de una inspiración y a la que seguirá otra contracción cósmica? ¿No se trata del retorno de este movimiento primordial de vibración hacia el origen del primer pulso o movimiento?. Los seres humanos somos sistemas únicos, irrepetibles y absolutamente originales de la fuente universal donde emana todo el poder del amor y del que participa el universo entero porque se ama así mismo. Y es que el amor mora en el Universo y está siempre alli donde quieras verlo, sin embargo nuestras personalidades nos llevan a sentirnos separados y aislados y por eso buscamos al otro y nos darnos cuenta que todos necesitamos amar, que es la opción universal, y si todo dios resuena con eso es porque precisamente somos eso, amor. Unos lo saben, otros lo han olvidado y otros siguen dudando (incrédulos).
Los sistemas-universos más evolucionados, los que estan más cerca de la fuente, engendran sistemas que van densificandose mientras el universo se tensa o expansiona, "descendiendo" en la escala evolutiva y proliferando la materia a expensas de energía pura, cual sistema fractal arborescente. Sólo permanecen estables aquellos cuerpos (materia-energia) que en su movimiento primigenio han alcanzado una posición de equilibrio y de armonia respecto al centro al que pertenecen. Esto ha sido posible porque estos cuerpos han sido capaces de sintonizar y pulsar con un ritmo compatible (pulsar a tempo) con el pulso del núcleo del sistema al que pertenecen. El resto de materia y de energia que en condensarse (durante el periodo de expansión o de inspiración galàctica) no ha hallado la localización justa en el fin de un ciclo y no está en equilibrio, es incapaz de ajustarse a la ley de la evolución y la armonia que impone el corazón de nuestro universo (núcleo de la galaxia) y en consecuencia, tal desequilibrio no hace más que hacerlo caer en su propio caos, entendido como ausencia de orden, claridad y amor. Ante la imposibilidad de que reine el equilibrio estable y la paz, tarde o temprano estos cuerpos dejan de tener identidad, yendo a la deriva hasta que se ven abocados a la desintegración (entropia infinita: anomalia?)
Toda entidad que respire (pulse) sabe que en el fin de un ciclo ha de ajustarse a la pulsación del sistema del cual depende. Cuando termina el ciclo de un gran sistema hace necesario que todos los sistemas que se han generado durante la expansión y que por tanto dependen de él, pongan "su reloj en hora" (tiempo a cero), de hacer un reset. De modo que la humanidad puede respirar con el planeta o no. Están los seres que pulsan con el universo y los que se han desajustado, los que respiran calmamente y los que jadean todo el dia, y mientras, Gaia, entendida como ser vivo, al final de un ciclo deberá pulsar como le demande el Sol y el nucleo galáctico. Así que la humanidad necesita descubrir la frecuencia universal humana y por ser hija de la tierra debe ajustarse a su ritmo (dia y noche: múltiplo/submúltiplo del ritmo de sus pulsos) y de esa forma poder seguir existiendo y girando por ese Universo de Dios, estable y armónico.
Al final de una gran inspiración el universo deja de expansionarse y se inicia una gran espiración para contraerse hasta llegar a la fuente de donde mana el origen de todo movimiento, el vacio que lo contiene todo y nada. Oscilar no es más que el movimiento de los contrarios con el afan de encontrarse y recuperar la unidad perdida, una dualidad que emergió en el curso de la división y la proliferación fenomenológica de la existencia en la tercera dimensión. Análogamente, la vida del ser humano está formado también por una expansión y una contracción. Durante la primera parte de su vida, se inicia una exploración del universo en el que vive, de su medio, de su entorno. Es una búsqueda hacia afuera de si mismo que le permite conocerse a partir de aquello que reconoce afuera. De hecho necesita el otro para recordar lo que sabe. Desde el Agro es época de sembrar. Con la segunda parte de la vida se inicia la interiorización, el descubrimiento de uno mismo, y si acepta vivir el inevitable retorno lo llevará a reencontrarse con la mansión originaria, de donde proviene y realmente pertenece, y que es en el fondo de su corazón. En el agro de la vida corresponde a la cosecha, recolectar todo lo que uno ha sembrado y discriminar lo que es útil para el crecimiento y conocimiento de lo que no lo es. Así pues, corresponde a la era dorada, pues el retorno al origen, a casa, es una vuelta sin tensión. Ese estado de paz hace que sea mejor el retorno que la aventura de la exploración.
El ser humano dispone de libre albedrio para aceptar contento o no el destino que le dicta ese movimiento oscilante universal si quiere comprender su doble naturaleza divina y animal. Es en esta decisión donde radica el uso de su libertad. Si pone resistencia a volver hacia su propio origen, hacia su interior, el resultado no puede ser más que sufrimiento. Cuando la humanidad llegue a ser un hombre-mujer universal, respirando como un solo pulmón podrá experimentarse en cuarta dimensión y desde aqui si lo desea, trascender hasta la quinta, aquella en la que participan los seres que moran eternamente en nuestro Sol.
Antiguas civilizaciones prosperaron hace más de 3000 años, venerando al Sol. Si puedo creer que lo que me mantiene vivo no es respirar aire sino aire con prana que no se puede aislar, también puedo creer que si el Sol emite luz es porque verdaderamente lo pueblan seres de luz, seguramente muchos de ellos iluminados cuando moraron sobre la tierra y que gracias al amor y afecto que nos profesan nos envian energia en forma de luz, calor, sabiduria, armonia y memoria, y de ese modo ayudarnos a seguir evolucionando y a prepararnos para CONSPIRAR con el pulso universal de nuestra galaxia. Si decidimos devenir universales debemos ajustarnos al Cosmos y así no solo Gaia y la humanidad harán comunión, sino que se pondrá de manifiesto nuestra adhesión al plan cósmico y no perderemos la oportunidad de seguir juntos viajando y evolucionando felizmente por este Universo de Dios. Si la ola cósmica proveniente del nucleo galactico lleva suficiente energia será confirmación de que se acerca el final de una inspiración del universo más proximo a nosotros y la Tierra podrá sintonizar y reverberar con ella, entrar en resonancia (amplitudes de ondas sumandose por entrar en fase). Si Gaia se deja arrastrar por el pulso galáctico, si entra en sincronia permenanente, podrá a través de la realimentación sostenida devenir un sol y acaso nuestro sistema solar pueda convertirse en una binaria más de las que ya existen y que los astrónomos pueden observar.
Si Gaia decide evolucionar, elige voluntariamente aceptar su destino de regresar a su origen solar, pues del Sol se desprendió hace millones de años, y devenir estrella, (en la contracción, los principios de la termodinámica dejan de tener validez, es decir las "cosas" ya no se se siguen enfriando sino todo al contrario, los sistemas no se desordenan, sino que se manifiesta el crecimiento y la evolución hacia el origen), la humanidad no tendrá otra que sintonizar con ella y resonar y vibrar en armonia con esa superonda en fase de contracción. Para entonces la humanidad sabrá que en el nucleo de la tierra no hay hierro, ni tampoco Niquel, sino hidrogeno y Helio, gases que predicen el origen solar de la tierra y que en forma líquida están atrapados por el enfriamiento sufrido por la tierra durante el periodo de expansión (desviación al rojo) y cuya corteza sigue siendo atravesada por gases y líquidos, causantes de las erupciones volcánicas.
¿Y qué hacer hasta no llegue ese momento? Mientras CONSPIRO con el otro, en pareja y/o con más conspiradores, la humanidad hace surf por encima de la onda galactica. En pareja y en grupo descubrimos la pulsacion natural que late en el nucleo de nuestros corazones, haciendola resonar entre nosotros, para cuando llegue el momento resonar con el pulso de la humanidad entera en sintonia con el nucleo galactico, el Sol y Gaia. Esa conjunción de ondas (suma de amplitudes de onda) puede dar lugar a cambios de estado profundos y necesarios para que la humanidad entera, o gran parte de ella pueda transformarse en un solo ser (hombre-mujer), conspirando, respirando como un solo pulmón y de esa forma entregar amor, contribuir a iluminar a través de los rayos de su conciencia, no solo a otros seres de la tierra, sino a otros sistemas planetários donde la vida y la conciencia están menos evolucionados...
Octubre 2002
El otro dia Stephen Hawking concluyó que no era necesaria la existencia de Dios para justificar el big-bang.
Estoy de acuerdo con el silogismo, solo que la premisa es falsa, no existe el big-bang como tal, solo existe el cosmos pulsando, o lo que es lo mismo Dios en occidente y Bhrama en oriente, RESPIRANDO.
Septiembre 2010
